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Mis muertos han venido

  • Writer: Escritura Virulenta
    Escritura Virulenta
  • May 15, 2020
  • 2 min read

Quise transformar la pérdida en un poema. Lo intenté, pero nada, no salió nada. Lamento decepcionarte. Mis muertos me han dicho que me vaya. Me voy, me voy de México. De la casa-cementerio y de las fiestas-orgías. No tengo nada que ver con esta casa. Ya no se alimentan de mis sueños los gusanos que viven en las paredes. No hay tejidos de mi piel que formen sábanas. Vivimos aventuras en archipiélagos que no conocimos y que se han ido. Y ni tu ni yo lo veíamos venir. Ahora voy renunciando a la mitad de la mitad de las cosas. Se me cae la piel a pedazos y todo por no querer irme a tiempo. No te estoy perdiendo. Mi objeto perdido es mi cuerpo. Ya no sé en qué juego sexual absurdo donde intentaba complacerte me lo dejé. No puedo evitar deducir la respuesta, el 6 de abril de 1992. Lo recuerdo como si hubiera sido hace treinta años. Borroso, frágil, casi cien por ciento inventado, a excepción del inolvidable quejido de mi cuerpo. Ese nunca se ha ido. Fue hace tanto tiempo que ya no logro conectar conmigo misma, si no es a través de ese dolor. Me tengo que alejar de todo a ver si de una puta vez se callan las sirenas de tus ojos y puedo regresar a mí.


No quiero volver a bailar en tu llanto. Siento el pálpito de mis muertos, la espera del viento que viene de lejos. Me tenía que haber ido hace tanto tiempo, y no pude. Me acostumbré al poder innato de ser invisible. En mi cabeza hace mucho que estoy en otra parte. Volé. Siempre soñé con entender el lenguaje de los pájaros. Y por fin me doy cuenta que solo entiendo el lenguaje de los muertos. Los lamentos de la tierra asfixiada, y la decepcionante vida ya acabada.

Estoy en medio del desierto ¿En qué momento desapareció la casa que había en ese campo? Ahí en medio de mi pecho existió. He construido un altar a todas las cosas que se me han muerto por dentro. hay cosas que no pueden vivir para siempre por más esfuerzo que hagamos. Hay cosas que salen ardiendo y cosas que se van muriendo de a poco. También hay cosas que matamos, que asesinamos a sangre fría para poder seguir viviendo. Me he muerto yo entre esas cosas, me he muerto más de una vez, uno se va acostumbrando a ese morir interno. Lo contrario al palpitar de la vida, es un grito que viene desde los huesos y te hace llorar pa dentro.

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Escritura Virulenta   2020

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