Sauna Paraíso
- Escritura Virulenta
- Jun 12, 2020
- 3 min read

Sauna Paraíso. Dentro, un hombre que llamaremos “Tony Soprano” está tumbado en la esquina de la sala. Marc y Jon entran en la sala vaporosa y se sientan en la esquina opuesta.
Marc.- Pobrecita, no sabía ni dónde estaba.
Jon.- Pero ¿cuántos años tenía?
Marc.- Veinte como mucho
Jon.- Pues el tío era mayor
Marc.- ¿Y? A veces tienes unas cosas de señora antigua…
Jon.- Pues me ha dado bastante repelús
Marc.- A mí también, pero no por su edad.
Tony Soprano se incorpora y alcanza como puede el cazo para echar agua a las piedras volcánicas. El ambiente se humedece un tanto.
Marc.- ¿Has visto cómo nos miraba? ¡que es una sauna gay, señor, tranquilícese!
Jon.- Yo creo que no lo sabía. Ella no tenía ni idea. Ha entrado pensando que esto era un bar o algo así.
Marc.- Un poquito de vida nocturna no les vendría mal a estos dos.
Jon.- La pobre, “disculpad, ¿sabéis dónde están los baños?”
Marc.- Cuántas veces he usado esa frase.
Jon.- Creo que ella sólo quería mear, Marc.
Marc.- Era mona, ¿eh?
Jon.- Pues sí, no como el señor. Esperándola fuera, como un chulazo feo.
Marc.- Llevaba coleta, por favor, eso no.
Jon.- Pobre chica, he estado a punto de decirle que se viniera con nosotros.
Marc.- Que te gusta a ti una mariliendres
Jon.- No, joder, me daba pena. ¿Cómo podemos hacernos esto? ¿cómo ha acabado esa chica de cara angelical con un señor con coleta? No puede ser.
Marc.- A ver si tú a tus veinte eras tan selectivo.
Jon.- Pues no. Pero me hubiera gustado que alguien me dijera ¿qué coño estás haciendo tío?
Marc.- Sí claro, seguro. Te vienen a dar el sermón y ya te digo yo a ti que les mandas a la mierda rapidito. Esa edad está para eso, coño. Para jugar a ser la jovencita alocada que se va con el señor de coleta. Que han bebido como cerdas y vagan por las calles de Madrid encontrando antros y sitios donde ir a mear. Y acabas en una sauna gay y ni te has enterado. Y eres tan pizpireta que te pones a ligar con los dos maricas que te encuentras, y sigues sin darte ni cuenta.
Jon.- No estaba ligando, estaba desubicadísima la chica.
Marc.- Sí querido, pero entre que se ubicaba ya ha tirado de bracito…
Jon.- ¿de bracito?
Marc.- Que mientras nos preguntaba, ella, coqueta, aprovechaba para tocarte el bracito.
Jon.- Venga, hombre…
Marc.- ¿te ha tocado el bracito o no te ha tocado el bracito?
Jon.- A ver… creo que sí, un momento, pero, es más un reflejo, ¿no? No creo que sea un intento de nada.
Marc.- Por favor Jon, que todas nos hemos hecho la torpe para arrimar.
Jon.- Unas más que otras.
Tony Soprano vuelve a incorporarse para verter un poco más de agua en las piedras. Marc y Jon ya no ven a Tony Soprano de la condensación.
Marc.- Lo que pasa es que tu estabas en tu salsa.
Jon.- ¿cómo?
Marc.- Sí, querido. Que te gusta gustar más que a un tonto un lápiz.
Jon.- Pero, ¿qué dices?
Marc.- que te encanta que te toquen el bracito.
Jon.- Pero vamos a ver, si era una tía.
Marc.- Como si es un extraterrestre venido de Urano. A ti te hacen ojitos y te subes a la nave espacial.
Jon.- Creo que estás exagerando.
Marc.- ¿ah, si?
Jon.- Sí.
Marc.- “pero qué guapa eres, ¿tú no sales en la tele?”
Jon.- Eso era para poner nervioso al señor de coleta.
Marc.- Ya… que nos conocemos Jon…
Jon.- A ti lo que te jode es que le haya gustado yo
Marc.- ¿perdona?
Jon.- Sí, que te gusta a ti un toqueteo de brazos, una miradita, un poquito de arrime alcohólico, y esta vez no ha sido para ti.
Marc.- ¿y cuándo han sido para mí Jon? ¿Cuándo? Yo he asumido hace mucho tiempo que cuando estás tú, el bracito a mí, no me lo tocan.
Jon.- Eso no es verdad.
Marc.- Sí, es así, no pasa nada, soy la amiga fea.
Jon.- ¿qué?
Marc.- Que soy la amiga fea, no pasa nada, lo asumo. Pero soy la más simpática, también te lo digo.
Jon.- Se ha reído mucho contigo la verdad.
Marc.- Es que estaba muy pedo esta nena, era público fácil.
Tony Soprano se incorpora y vuelve a sujetar el cazo para llenarlo de agua.
Jon.- Marc
Marc.- ¿qué?
Jon.- Tú nunca has sido, ni serás, mi amiga fea.
Tony Soprano deja caer el agua a las piedras. Los amigos han dejado de verse entre los vapores.
Marc.- Di lo que quieras, pero tú nunca me has tocado el bracito.
Jon se acerca tanteando el cuerpo de Marc. Cuando llega a intuir su brazo, le acaricia. Se acerca a su oído y le susurra: “disculpa, ¿sabes dónde están los baños?”
Comments