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Refugio sin montaña

  • Writer: Escritura Virulenta
    Escritura Virulenta
  • Apr 4, 2020
  • 1 min read

Quizás por primera vez en mucho tiempo fuera está la tormenta y aquí dentro la calma.



Llegué al refugio apenas se estaban empezando a amontonar las primeras nubes negras. Llegué con lo puesto, que hoy es más que suficiente, mientras el mundo duele y las noticias rugen y la normalidad de un sábado de sol se ha vuelto calles vacías, colas para el pan y mascarillas caseras o guantes de látex que todo lo tocan al pasar.

Mientras el mundo sufre en hospitales atiborrados, en casas sin sol, en miedos; mientras duele como siempre, pero más cerca; esta vez estoy en paz. La tormenta queda fuera, y dentro la calma de un refugio sin montaña.

Me siento en el silencio, solo roto por la bachata del vecino, el chirrido de una cuerda de tender, el perro que ronca, este ciego compañero. Sonrío al sol que se cuela a las dos y veinte por el trocito de cielo que recorta el patio de manzana, un patio feo del que ya no me quejo.

Mi calma de cuarentena está hecha de llamadas sin noticias, de tenerlo todo por hacer. Y termino este café agradecida de que el mundo no duela demasiado cerca todavía.


(M)


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Escritura Virulenta   2020

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